Ser tu propio jefe es una idea a priori atractiva: fijar tu propio horario, trabajar desde donde tú quieras, marcar las reglas…

Pero la realidad no siempre coincide con lo que has imaginado.

  • Ventajas

    Es la manera más rápida, sencilla y económica de dar de alta un negocio: requiere menos gestiones y trámites legales, lo que abarata los costes de asesoramiento
    Se mantienen el control total y la gestión de la empresa

  • Inconvenientes

    No existe diferencia entre el patrimonio empresarial y el personal: respondes con tus bienes presentes y futuros ante las deudas con terceros. Esto incluye los del cónyuge si hay un matrimonio en gananciales.
    Si los ingresos son bajos, los requisitos legales para facturar, las cuotas a la Seguridad Social, Hacienda, etc. pueden no compensar
    Por el contrario, si los beneficios superan los 45.000 € se pagan más impuestos como autónomo que con una sociedad.
    El autónomo todavía tiene una imagen menos profesional que una sociedad ante entidades financieras, administración, proveedores, clientes, etc.
    No se puede contratar a familiares de primer grado; tienen que darse de alta también como autónomos.