Covadonga
Covadonga es una mujer luchadora que decidió emprender en un mundo masculinizado. Recuerda ahora, con 17 años de experiencia a sus espaldas, cómo le costaba hacerse respetar cuando empezó siendo aún muy joven.
A la dificultad de emprender y vivir de su negocio, Covadonga recuerda la dificultad añadida de ser madre y autónoma: el embarazo y los primeros años de vida de sus hijos. Reivindica la necesidad de que existan más ayudas que hagan menos duros esos años de las mujeres que deciden ser madres teniendo un negocio que atender que les exige y les seguirá exigiendo durante la maternidad.
A pesar de que cree que los autónomos y autónomas están hechas de otra pasta y que quien sigue con su negocio a pesar de las dificultades es porque valora los beneficios y la libertad de trabajar por cuenta propia; cree que no se deben olvidar de un colectivo que es motor de la economía y que sin embargo, está demasiadas veces en la última posición de las agendas de instituciones y gobiernos.
El día 1 de octubre de 2018, estuvimos con ella y las respuestas a nuestra entrevista fueron una gran dosis de realidad y esperanza.
Entrevistamos a Covadonga, gerente de una empresa dedicada a la construcción, rehabilitación, promoción, administración, urbanización y parcelación de terrenos, edificios, viviendas, locales, instalaciones industriales y comerciales y toda clase de obras.
Autónoma en activo durante 17 años aproximadamente con empleados a su cargo. Nos cuenta que la idea no surgió de ella, en este caso, se vio obligada a encargarse de ser gerente de su empresa.
¿Qué es lo que te lanzó a emprender?
La necesidad/obligatoriedad, debido a que lo requería la forma jurídica necesaria para desarrollar mi negocio.
¿A qué problemas se tuvo que enfrentar al iniciar su actividad?
Falta de liquidez, falta de ayudas al emprendedor y más tarde falta de ayudas para la conciliación familiar.
¿Cuáles son las principales ventajas e inconvenientes de trabajar por cuenta propia?
VENTAJAS: Tomo las decisiones que mejor se adaptan a mi negocio, a mis necesidades o a las circunstancias de mi vida.
INCONVENIENTES: Inestabilidad laboral, económica, etc.
El ser mujer ¿te supuso algún problema?
Sí, debido al sector en el que trabajo, sobre todo cuando era más joven. Por otra parte, la conciliación familiar, sobre durante el embarazo y cuando los niños son pequeños ha sido muy difícil.
¿Pudiste conciliar tu vida laboral con la maternal?
Sí, con muchísimo esfuerzo, pasando mucho sueño y con muchísima ayuda del padre de mis hijos.
¿Qué formación le vino bien y qué formación ha adquirido desde que inició su actividad en este negocio?
Mi formación económica siempre me ha servido: (fiscal, nóminas, costes, etc…), pero nada imprescindible. Prácticamente todo lo que utilizo hoy en día lo aprendí trabajando, y equivocándome.
¿En algún momento pensaste en tirar la toalla?
Sí. Todavía lo pienso, nunca lo he dejado de pensar. No se trata de tirar la toalla, sino de cambiar de negocio.
¿Qué consejo darías a una emprendedora?
Ninguno. Los emprendedores pienso que están hechos de otro material. Si bien es verdad que te encuentras de todo en este mundo de los autónomos, también es verdad que el que sigue siendo autónomo años después de emprender es por algo, lo que sea, pero ese algo es lo que nos hace volver a levantarnos todas las mañanas a volver a pelear con lo bueno y con lo malo de ser tu propio jefe.
¿Se siente realizada profesionalmente?
No. No porque en mi negocio no me sienta realizada, sino porque me gustaría probar otros negocios.
¿Qué ayudas crees que se le debería dar al autónomo para poder montar un negocio?
Desde luego, ayudas durante los primeros meses, del tipo exenciones de impuestos, o plazos más largos (o aplazamientos) para pagos de impuestos…. ayudas para facilitar la contratación y también el despido, ya que un mal trabajador en una pequeña empresa puede hacer muchísimo daño. Quizás préstamos con un tipo de interés ajustado…
Si el emprendedor es mujer, sin duda ayudas para que de una vez por todas, la conciliación familiar pueda ser un hecho, y no una utopía. Si una mujer autónoma deja de trabajar para criar a su niño durante digamos 4 meses (lo que me parece poco), cuando vuelva es probable que ya no tenga empresa, o que no se parezca nada a lo que dejó. Por no hablar de los ingresos. Y por no hablar de si la trabajadora es autónoma sin asalariados… ¿y qué tal tener un segundo hijo?…
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