Arrate Sarasua, Coach y formadora participante en la Ventanilla Única de Mujeres Autónomas, nos hace llegar este texto interesante, titulado «Autoliderarse para liderar» para que compartamos con las mujeres que participaron en el taller del pasado jueves. Como nos parece interesante, lo extendemos a todas/os.
Gracias Arrate.
Autoliderarse para liderar
El coaching ayuda a descubrir nuevos enfoques para lograr aquello que queremos conseguir. El coaching profesional es una disciplina que utiliza distintas habilidades de comunicación (escucha, el poder de la pregunta, aclaraciones, replanteamientos,…) entre otras técnicas para ayudar a nuestros clientes a descubrir nuevos enfoques para lograr sus objetivos, metas y demás deseos.
La figura del coach será acompañar a la persona a través de un viaje de exploración interior desde el inicio de su conflicto hasta la resolución del mismo
No nos olvidemos que el coaching no es terapia ni psicoterapia. El coaching consiste en desbloquear, la expansión de nuestra resiliencia, alguien que nos dirija mediante preguntas adecuadas y, sobre todo, falta de juicios o censuras. El coach simplemente nos ayuda a identificar obstáculos y resolver conflictos de forma natural con nuestras propias habilidades.
El ser humano tiene tendencia a auto-boicotearse; somos especialistas en auto-boicotearnos y nos olvidamos de todo lo que hemos conseguido. El objetivo del coach es hacerle ver al cliente todo lo que ha conseguido a lo largo de su vida, de manera que la persona se empodere, crezca y empiece a seguir adelante.
Liderarse para liderar
Me atrevería a defender que nadie, absolutamente nadie, podrá ejercer adecuadamente el liderazgo sin haber aprendido primero a liderar su propia existencia, ser capaz de liderar su propia existencia.
En primer lugar, con auto-conocimiento. Entendido como la toma de conciencia de quienes somos, qué es lo que nos motiva, cuáles son nuestras luces-sombras y aceptarnos tal y como somos
En segundo lugar, aprendiendo a definir claramente nuestros objetivos y asumiendo las acciones que deberemos de realizar, diseñándolas y llevándolas a cabo desde nuestra zona de control; aquella posición en la que podemos hacer y no desde el que los demás deben cambiar para que podamos llegar a donde nos proponemos.
En tercer lugar, aprendiendo a gestionar nuestras emociones y hacernos responsables de las mismas. Aprender a escuchar a nuestras emociones, aceptándolas tal y como vienen.
Conocer nuestras fortalezas nos hace personas seguras. Conocer y aceptar nuestras sombras nos hace invencibles
Un buen líder saber conocer su capacidad, las utiliza y las ofrece. Un líder excepcional sabe no avergonzarse de sus áreas de mejora, sabe dónde buscar el contrapunto en sus colaboradores, sabe hacer brillar las fortalezas de los que le rodean y mezclar todos estos ingredientes para que el resultado sea beneficioso para todos.
Cuando nos aceptamos como personas vulnerables y fiables, cuando aprendemos a no juzgarnos y a perdonarnos, hemos alcanzado la capacidad de perdonar y ayudar a otros a mejorar. Todo parte de nosotros mismos.
Auto-liderazgo
Todo empieza en el interior de la persona aplicando los principios del auto-liderazgo. Una vez que lo hemos conseguido, podremos liderar creando valor a la gente, incluso podremos llegar a liderar una organización dando prioridad a los valores, a la cultura y a la estrategia.
El liderazgo se inicia liderando desde el ser, aprendiendo a fluir como ser humano, liderándose a uno mismo; es decir, debemos aprender a auto-gestionarnos. ¿Qué quiero realmente para mí?, ¿Qué quiero ser? Debemos tener claro lo que nos motiva, nuestras intenciones.
Es tener claro por qué hacemos lo que hacemos. Establecer un por qué nos ayuda a dar sentido a nuestros actos. No es reflexionar sobre el sentido de nuestra vida, sino conseguir dar sentido a nuestra vida. Es aprender a seguir una dirección y auto motivarnos para seguirla. Este líder es aquel que se prepara para auto liderarse, aquel que tiene la capacidad de verse a sí mismo, el que irradia calidad humana.
El líder debe aprender a fluir como el agua, sin bloqueos ni barreras; responde y actúa sin quejarse. Está centrado, tiene equilibrio, se siente firme, tiene los pies sobre la tierra. Y ello pase lo que pase
Y una vez que tiene ese control ya podrá influir en los demás incluso confluir dando prioridad a los valores, cultura y objetivos necesarios a solucionar.
Aprendamos a auto liderarnos!!
Arrate Sarasua
Coach participante en la Ventanilla Única de Mujeres Autónomas